Contemplando el look de Miley Cyrus en su última aparición para una performance en Miami, ha venido a mi memoria algo. En estos días que estoy leyendo, a ritmo de bala, con el que se leen los buenos libros, Lo que el viento se llevó, con esa mamita que es la conciencia de Escarlata, su médico, psicólogo y mamita no biológica me has hecho pensar, querida Miley Cyrus en si yo fuera tu mamita…
Si yo fuera tu mamita, un buen rapapolvo merecerías. Comencemos por tu look, pero querida hijita, siendo una niña de bien ¡¡cómo me luces recién salida de Harlem, pero de las calles más peligrosas!! Cada vez te pareces más a Rihanna pero es que a ella le pega. Ay todo ese oro del moro, esos pendientes más anchos que tú, esos tatuajes.
Sigamos por tus posturas, querida hijita, las damas de la canción no deben lucir así. Vistes como una cualquiera pero posas como una niña tonta que requiere la atención de todos.
Y acabemos con tu figura. Mamita siempre le decía a Escarlata que no debía ir a ningún evento sin haber salido comida de casa. Estas cosas requieren que una dama coma como un pajarito y no muestre su apetito. Pues querida Miley, tú al revés, no salgas de casa sin comer nada, que te hace falta.
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