El verano de Michelle Obama empezó bien y terminó mejor

Cuando se es primera dama una piensa que el verano debe ser un rollo. Desconectar cuando medio mundo está en crisis políticas, médicas, económicas debe ser difícil. Michelle Obama parece tener la cabeza muy bien amueblada y habrá desconectado pero no de la moda.

Ella es una maestra en el arte de los estampados y lo ha demostrado muchas veces. Pese a su altura y cuerpo voluminoso nunca se ha amedentrado ante pantagruélicos estampados que podrían decorar una pared. Ella se arriesga y lo logra.

Ella ya ha comenzado sus vacaciones de verano y también las ha terminado. No va a su sitio de playa favorito en un coche repleto de trastos, ropa y juguetes como Paco Martínez Soria y el resto de los mortales, sino que lo hace en el air force one. Y se prepara tanto para irse como para volver.

En ambos casos se decidió por un vestido, una prenda muy cómoda para el avión y por los estampados tan usuales en ella. Recién terminadas sus vacaciones se subió al avión presidencial con un vestido con falda de vuelo evasé en negro con estampados amarillos. Para comenzarlas mi favorito, dos colores con falda drapeada y toque hawaian.

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