La oferta de moda en este momento es la mayor de toda la historia. Tenemos todo tipo de tiendas, todo tipo de marcas y de tendencias. Estamos en un buen momento. Ahora, la experiencia de la compra de la ropa sigue dejando que desear si queremos saber de forma rápida y cómoda qué tipo de prenda vamos a comprar. ¿Por qué la composición de la ropa se escode tanto? Esta tendría que estar en la primera línea de la etiqueta.
En busca de la etiqueta perdida
Los expertos de marketing son aquellos simpáticos duendecillos que van escondiendo todas las etiquetas hasta el fondo de las prendas para que tú te diviertas buscándolas. Estas deben quedar muy feas si se ven a primera vista. Siempre con el tabú del precio cuando tendría que estar bien visible para hacer la compra más cómoda.
Habrá quien lleve el casco de espeleólogo dentro del bolso cuando entre en una tienda. Así encontrará más fácil la etiqueta con el precio colgando. Y ya si tiene a bien buscar la composición de la prenda podrá hasta encender la luz del casco para no perderse por dentro.
La letra pequeña del libro de instrucciones oculto
Una vez que encuentras la etiqueta deseada puedes levantar la camisa en alto anunciando la victoria. ¡Aquí está! A la etiqueta del precio a veces le acompañan otras con el logo de la marca y hasta cuentos breves sobre lo buena que es y todo lo que ha hecho desde que se fundó en 1900 a.C. Ahora, si quieres buscar ahí la composición de la prenda vas a perder el tiempo.
El segundo libro de instrucciones se suele situar en lo más hondo de la prenda. No vaya a ser que alguien vea de primeras que está hecha con el plástico más sintético posible y reflexione sobre lo que compra.
Hojas y más hojas de texto minúsculo donde se ven las instrucciones de lavado, de planchado, dónde se fabricó y con qué materiales. Al parecer, esto es poco importante, por lo contrario estaría a primera vista. Falta también que pongan qué tipo de material es, ya que no es lo mismo poliéster que poliéster reciclado de cara al impacto medioambiental.
0% poliéster
Cada uno tiene sus cruzadas. La mía es contra el poliéster (igual que contra la viscosa o el nylon) y una compra mala que mañana lamentaré. Este material sintético, derivado del petróleo, acaba siendo más caro que el algodón orgánico, el cual podemos encontrar sin necesidad de tener que subir a unos precios más caros. Por suerte, se está impulsando el poliéster reciclado que sí está considerado uno de los materiales que menor impacto genera al medio ambiente, según la organización Made-By.
El poliéster es poco transpirable y absorbe mal la humedad, por lo que la piel no respira como debería. El sudor es muy poco amigo del poliéster, igual que el acabado de la prenda a la hora de demostrar una buena calidad desde el día uno; por no hablar de unos cuantos lavados a posteriori.
El poliéster es más proclive a generar "bolitas" (el pilling) que acaban envejeciendo una prenda por muy escaso uso que tenga. El tejido es más débil y puede romperse con mayor facilidad.
Después de una experiencia tan buena la prenda acaba por ser enviada a la basura donde también logra una diferencia frente al resto de prendas orgánicas: esta no es biodegradable. Por suerte, algunos fabricantes, como H&M, están esforzándose en incentivar el reciclado de las prendas desde sus propias tiendas. Además hay que tener en cuenta el proceso de fabricación con su correspondiente tintado, donde se produce la mayor contaminación. En este último punto la industria del algodón tampoco se queda atrás.
Sabemos leer
Mucho de lo anterior sería fácil de solucionar si al consumidor le informasen sobre lo que compra. Con lo fácil que sería que la composición estuviese bien clara en la etiqueta principal, en letras grandes. De esa forma sabríamos qué estamos comprando en realidad, más allá de la tendencia y del tipo de prenda que vemos.
Lo más curioso es que en la compra online, donde todo tendría que ser más sencillo, la composición de la prenda también aparece ocultada o dejada en un tercer plano. A la hora de buscar las marcas podrían poner filtros por material igual que lo hacen por colores o tallas. Yoox es uno de los pocos sitios donde he visto esta opción, aunque tenga sus limitaciones.
¿Será que tenernos desinformados es más interesante que poner en una etiqueta unos mínimos datos?
Junto a este debate de los materiales podríamos sumar el de la localización de las fábricas de muchas marcas. Por desgracia, ambos frentes siguen teniendo muchísimo que mejorar. Al menos está en nuestra mano pedir un poco más a las firmas con nuestra compra.
Tendencias de moda
- Las transparencias y el encaje conquistan a Emma Stone, Diane Kruger y Selena Gomez. ¿Y a ti?
- Tendencias low-cost Primavera-Verano 2014: un limón y medio limón
- Tendencias primavera-verano 2014: no las descartes porque las seguirás luciendo en otoño
- ¿No sabes cómo añadir un toque de color a tu look? Piensa en rojo y acertarás
-
La noticia 0% Poliéster, por una compra y unas etiquetas de ropa más cómodas fue publicada originalmente en Trendencias por Natxo Sobrado.